«Todo lo hacemos con el cerebro, desde respirar a resolver los problemas filosóficos más complejos». El neurólogo y neurocientífico argentino Facundo Manes (Salto, 1969), rector de la Universidad Favaloro en Buenos Aires y creador de dos institutos científicos de reconocimiento internacional, es muy popular en su país por su labor divulgativa y, especialmente, porque fue el director del equipo médico que trató a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner de un hematoma cerebral. Ha presentado en Madrid su último libro, «Usar el cerebro» (Paidós Contextos), en el que explica para todos los públicos cómo es y cómo podemos cuidar lo que denomina «la estructura más compleja en el Universo (...) que contiene más neuronas que estrellas en la galaxia».
-¿Qué podemos hacer para mantener sano un órgano así?
-Hay evidencias científicas que muestran que con ciertas conductas durante nuestra vida hay posibilidades de reducir el riesgo cognitivo: cuidar el azúcar en sangre y el colesterol, evitar la hipertensión arterial y el sobrepeso, comer verduras y pescados ricos en Omega 3, no fumar...
-Igual que para cuidar el corazón...
-Todo lo que hace bien al corazón hace bien al cerebro, como el ejercicio físico. Pero al cerebro le hace bien por otra vía.
-Explíquese.
-El ejercicio genera nuevas conexiones neuronales. Hay un experimento bastante conocido con personas mayores de 65 años que eran sedentarias. A la mitad les pidieron caminar tres veces por semana durante un tiempo. La otra mitad siguió sin moverse. Sabemos que a partir de los 65 años una estructura en ambos hemisferios que se llama hipocampo, que es clave para la consolidación de la memoria, se empieza a atrofiar. Cuando terminó el estudio los que caminaron no habían tenido atrofia del hipocampo. Eso significa mayores conexiones neuronales ¡solo con caminar!
-No parece algo muy exigente.
-Es que además el ejercicio físico es un gran ansiolítico y un gran antidepresivo. También refuerza el pensamiento creativo. Eso no quiere decir que vamos a convertirnos en Dalí después de dar una vuelta a la manzana, pero sí vamos a ser más creativos que antes.
-¿Qué más recomienda?
-Dormir bien y tener vida social. El aislamiento social es un factor de mortalidad más importante que la obesidad, el tabaquismo y el alcoholismo. Pero no nos valen las redes sociales, necesitamos contacto personal, estar conectados en comunidad. Y tener la mente activa.
-¿De qué manera?
-Uno nunca debe jubilarse mentalmente. Hasta el último día de nuestra vida tenemos que tener inquietudes y desafíos intelectuales, hacer algo que nos cueste, como estudiar un tema que no conozcamos, aprender un idioma, a tocar un instrumento...
-Consejos importantes para una población cada vez más envejecida...
-Hoy podemos tener un cerebro joven hasta los 90 años o más. Por primera vez en la Historia hay más gente que nunca entre los 65 y 90 años con un cerebro que funciona bien. Esto implica todo un campo de políticas públicas que deben llevarse a cabo.
-¿Y esta vida en la que hacemos mil cosas a la vez no altera nuestro cerebro?
-Sí, la multitarea afecta al cerebro. Sentimos que somos más productivos, pero en realidad es lo contrario. Además genera estrés. Tenemos recursos cognitivos limitados, por eso la evolución ha privilegiado que vivamos con el piloto automático puesto la mayor parte del día.
-¿Nos beneficia estar en «off» de vez en cuando?
-Es muy importante. Los niños tienen que volver a aburrirse. Cuando el cerebro no hace nada en realidad trabaja con mucha intensidad. De hecho, muchas ideas creativas llegan en ese momento, cuando estamos relajados. Pero ojo, antes hay que prepararse y pasar una etapa de obsesión. No llega solo.
-Se dice que el cerebro es muy plástico durante el primer año. ¿Qué pasa después?
-Cajal pensaba que las neuronas no se regeneraban, pero no es así. ¡Lo hacen! También en los adultos. Además, el cerebro es un órgano en permanente trabajo. Cualquier experiencia, como por ejemplo esta charla, cambia las conexiones neuronales. Y esto pasa hasta el último día de la vida. Incluso sabemos que los adultos mayores, cuando aprenden algo nuevo, generan más circuitos y conexiones neuronales que los jóvenes. La plasticidad neuronal existe toda la vida.
-Entonces, ¿hasta qué punto estamos programados para lo que nos ocurre?
-Hay conductas humanas que son totalmente genéticas, como por ejemplo ver. Otras son totalmente del ambiente, como el lenguaje. Pero la mayoría de las conductas son una combinación de lo biológico y del entorno. Así que no venimos programados, podemos cambiar las cosas. El cerebro es una obra en bruto, depende de nosotros cómo la tallemos.
-En su libro recoge algunos mitos sobre el cerebro, como que solo utilizamos el 10%.
-Sí, eso es falso. Y hay otros muchos, como la educación basada en el cerebro derecho y el izquierdo, hemisferios que en realidad están conectados y trabajan como un todo; o que las neuronas no se regeneran, o que con la edad sí o sí vamos a tener alzheimer, y eso no es así.
-¿Qué nos queda por descubrir sobre el cerebro que sea fundamental?
-Mucho. Nos falta una teoría general sobre el cerebro. No tenemos ni idea de cómo los circuitos neuronales dan lugar a la experiencia mental, tanto cognitiva como emocional.
-Hay investigaciones que parecen de ciencia ficción, como leer el pensamiento.
-Sí, podemos poner electrodos en la cabeza de un persona y leer ciertos pensamientos básicos. También podemos activar un brazo robótico con el pensamiento. No es una fantasía que en el futuro la tecnología nos permita la transmisión de cerebro a cerebro.
-¿Y qué vio en el cerebro de Kirchner?
-Yo diagnostiqué el hematoma y nuestro equipo de neurocirujanos operó a la presidenta. Seguimos todo el postoperatorio hasta que le dimos el alta un mes después. Fue una gran responsabilidad y la situación nos puso en una circunstancia única donde todo el país estaba pendiende de la cirugía. Nos concentramos en nuestro trabajo, nos aislamos del mundo y por suerte salió todo muy bien.
-¿Fue una buena paciente? ¿Les hacía caso?
-De verdad que sí, mientras yo estuve con ella fue muy responsable con todas las medidas que le sugerimos, incluso la indicación de cirugía, que no es fácil.
Memoria, atención y agresión
Facundo Manes ha publicado sus investigaciones en algunas de las revistas científicas más importantes. Estas son algunas de sus principales contribuciones en el campo de la neurociencia:
-Identificó el lugar del cerebro donde se encuentra la toma de decisiones: «Demostramos en un experimento publicado en 'Brain' que las zonas orbitofrontales que tienen que ver con la emoción, y las zonas dorsolaterales frontales, que tienen que ver con el razonamiento lógico, trabajan en conjunto para una toma de decisión normal. Ambas zonas son críticas»
-Describió la amnesia epiléptica transitoria: «Los pacientes tienen pérdida de memoria. Se olvidan de donde están durante uno o dos minutos o tienen agujeros en la memoria de su vida. Es una causa epiléptica y con tratamiento se cura».
-Detectó las áreas críticas del cerebro que modulan la agresión: «Comprobamos cómo cuando se activan ciertas áreas se produce respuesta de agresión».
-Señaló las áreas cerebrales involucradas en el desarrollo de los síntomas del déficit de atención e hiperactividad: «Estudiamos niños con accidente cerebrovascular y zanjamos el debate sobre si este síndrome es orgánico o no. Efectivamente lo es, la afectación de circuitos cerebrales produce estos síntomas».
Fuente: abc.es