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¿Por qué es necesario dormir?

Mejorar el aprendizaje, reducir factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares o afianzar los recuerdos son algunas de las ventajas de dormir entre 7y 8 horas diarias

En los últimos años se han realizado numerosos estudios que analizan el papel que el sueño parece ejercer en la restauración y fortalecimiento de los diferentes circuitos neuronales. Algunos de los más recientes señalan la importancia del sueño a la hora de que los niños fortalezcan las conexiones entre el hemisferio izquierdo y derecho del cerebro. Otros han estudiado cómo el sueño puede mejorar el aprendizaje o cómo el cerebro consolida y afianza conceptos nuevos o recuerdos durante el sueño.

«Dormir es fundamental para afrontar en perfectas condiciones la posterior vigilia, para la supervivencia del individuo y para el correcto funcionamiento del sistema nervioso. Cuando no se duerme adecuadamente hay un menor rendimiento cognitivo, baja la concentración y, entre otras alteraciones cognitivas, se producen fallos de memoria, cambios bruscos de humor y alteraciones en el proceso de toma de decisiones», señala el doctor Hernando Pérez, Coordinador del Grupo de Estudio de Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Además, cuando no se consigue dormir adecuadamente por algún tipo de trastorno, no solo se ve afectada la capacidad intelectual y el rendimiento, sino que aumenta el riesgo de hipertensión y la probabilidad de sufrir un ictus, además de agravar y/o aumentar la probabilidad del desarrollo de otro tipo de enfermedades como la enfermedad de Parkinson o posiblemente el Alzheimer (entre 42 y 98% de los pacientes con Parkinson, y el 25% de los pacientes con Alzheimer sufren trastornos del sueño), o descontrolando o aumentando la frecuencia de las crisis epilépticas.

Los riesgos de no dormir bien

«Los trastornos del sueño tipo apneas obstructivas suponen quizás el factor de riesgo cerebrovascular más importante. Roncar y hacer apneas aumenta el riesgo de padecer un ictus, en consonancia con facilitar el desarrollo de hipertensión arterial, pero también es una consecuencia: el 63% de las personas con problemas cerebrovasculares experimentan un alto índice de apneas durante la noche», mantiene el doctor Hernando Pérez.

Las apneas del sueño pueden conllevar a demencia vascular pues, en un 50% de los casos, van generando pequeñas lesiones isquémicas cerebrales de forma progresiva: «Un reciente estudio las ha vinculado con la enfermedad de Alzheimer aunque ahora se trata de ver si son causa, consecuencia o simple coexistencia, viendo si al resolverlas con una máquina llamada CPAP se frena el desarrollo del deterioro cognitivo», explica el doctor.

Los pacientes con enfermedades del sueño tienen una merma en la calidad de vida comparable a la que sufren otros enfermos crónicos y aun así, el diagnóstico de estas enfermedades es aún bastante escaso.

La Sociedad Española de Neurología calcula que entre el 60% y el 80% de los pacientes con narcolepsia y el 90% de los pacientes con apnea del sueño o con síndrome de las piernas inquietas no están diagnosticados. «Los desórdenes del sueño se pueden prevenir y tratar, pero para ello es necesario tener diagnósticos precisos. Afortunadamente el armamento farmacológico y no farmacológico para tratar los trastornos del sueño ha aumentado considerablemente, no sólo en número sino también en diversidad de acciones terapéuticas» , agrega el neurólogo.

Cómo debe ser el sueño

«Dormir es una necesidad y, además, el sueño debe ser de calidad y reparador. Cuando esto no se consiga es el momento de visitar a un especialista. Es necesario concienciar a la población y al propio personal médico de la importancia de preguntar por el sueño y sospechar estos trastornos respiratorios pues, no en vano, pasamos 30 años de nuestra vida durmiendo y la trascendencia de éstos es importantísima», comenta experto.

Y, ¿cuánto tiempo es aconsejable dormir? «Últimamente también se han presentado diversos trabajos que han relacionado la falta de sueño, generalmente inferior a 6 horas, con aumento del riesgo vascular o con disminuir la esperanza de vida. Y aunque todavía queda mucho por estudiar al respecto, todo parece indicar que un término medio, es decir, unas 7-8 horas diarias, es lo más indicado. Dormir más puede ser síntoma de que subyace alguna enfermedad como la narcolepsia o una depresión o de que nuestro sueño no nos repara por verse interrumpido por apneas, que es como se conocen a las obstrucciones que experimente nuestra vía aérea durante el sueño en algunos paciente, o por otros trastornos que lo fragmenten», concluye el doctor Hernando Pérez.

Una patología, en cifras

Según datos manejados por la Sociedad Española de Neurología (SEN) entre un 20 y 48% de la población adulta sufre en algún momento dificultad para iniciar o mantener el sueño. Pero en hasta un 10% de los casos es debido a algún trastorno de sueño crónico y grave, una cifra que incluso podría ser mayor por el alto número de pacientes que no están diagnosticados, en parte por la falta de conciencia social

Con la colaboración de