Unos científicos han estudiado los efectos de una clase de fármacos llamados ligandos TSPO en ratones macho que, por su composición genética, estaban destinados de forma inexorable a desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
El equipo de Christian Pike, de la Escuela de Gerontología en la Universidad del Sur de California en Davis, descubrió un llamativo efecto de los ligandos TSPO en ratones de edad avanzada. Cuatro tratamientos, uno por semana durante cuatro semanas, hicieron que en esos ratones de edad avanzada disminuyeran significativamente diversos síntomas asociados al Mal de Alzheimer y mejorara la memoria. Este hallazgo plantea la posibilidad de que los ligandos TSPO puedan revertir algunos de los estragos causados por la enfermedad de Alzheimer y por tanto sean potencialmente útiles para tratamientos.
Los ligandos TSPO se utilizan actualmente en las personas para ciertos tipos de obtención de imágenes cerebrales. En estos momentos, hay nuevos ligandos TSPO pasando la fase de ensayos clínicos con miras a su aplicación como tratamiento para la ansiedad y otros trastornos. Es muy posible que en los próximos años se pueda evaluar clínicamente la eficacia terapéutica de ligandos TSPO similares a los ahora usados en el estudio hecho por el equipo de Pike sobre pacientes con la enfermedad de Alzheimer.
A la luz de los resultados obtenidos, el equipo se centrará ahora en averiguar cómo exactamente los ligandos TSPO mitigan síntomas asociados al Mal de Alzheimer. Basándose en la circunstancia de que los ligandos TSPO pueden tener una función protectora al reducir la inflamación, escudar a las neuronas contra ciertas lesiones y aumentar la producción de hormonas neuroactivas en el cerebro, el equipo estudiará cuál de estas acciones es la más importante para combatir la enfermedad de Alzheimer, a fin de poder desarrollar nuevos ligandos TSPO con la mayor eficacia posible contra esta dolencia.
Aunque Pike y su equipo reconocen que los resultados obtenidos hasta ahora son alentadores, también advierten de que aún es pronto para asegurar que éste sea un camino válido para dar con un tratamiento capaz de curar la enfermedad de Alzheimer, y ponen como ejemplo que muchos otros estudios de posibles terapias contra esa enfermedad han dado buenos resultados en ratones pero luego han resultado ser ineficaces en humanos.
En este trabajo de investigación y desarrollo también han intervenido Anna Barron del Instituto Nacional de Ciencias Radiológicas en Japón, Luis García Segura del Instituto Cajal en España, Donatella Caruso y Roberto Melcangi de la Universidad de Milán en Italia, y Anusha Jayaraman y Joo Lee de la Universidad del Sur de California en Davis.
Fuente: noticiasdelaciencia.com