Pasarlo bien sin importar la edad, ni las capacidades físicas ni psíquicas de los participantes. Ese fue uno de los objetivos principales de las All-impiadas, primeros encuentros deportivos que se celebraron ayer en el colegio Berrio-Otxoa de Bilbao. Fue un evento pionero que nace con vocación de continuidad y en el que se dieron cita más de 120 participantes, muchos de ellos con discapacidad. Colectivos de personas con diversidad funcional y dependencia realizaron un circuito de pruebas deportivas con alumnos de Primaria (11-12 años) del colegio de Santutxu. Los pequeños tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano las dificultades físicas que tienen estos colectivos.
Según explicaron sus organizadores a través de este evento, promovido por el foro Gizartea Sortzen, se intenta erradicar el estigma que recae sobre estos colectivos e intentar generar espacios de integración. “Lo importante es ser maravillosamente diferentes. Esa es la riqueza y poder compartir el mismo espacio sin que las diferencias sean obstáculos para ninguno”, destacó Gaizka Euba, coordinador del evento. Por eso María no tuvo problema alguno en subirse a una silla de ruedas y realizar las diferentes pruebas. “No es nada fácil, pero está bien saber cuánto cuesta a la gente mayor moverse con una silla de ruedas”, aseguró la joven estudiante.
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