En ciertas ocasiones las personas con alzhéimer presentan conductas agresivas y, aunque no hay una fase específica donde comienzan a producirse estos comportamientos, se estima que alrededor de un 20% de los enfermos que aún permanecen en su domicilio manifiestan comportamientos agresivos mientras que este número aumenta hasta el 50% entre aquellos que ya están en una institución.
Dicha agresividad puede ser tanto física como verbal y siempre tiene una causa, y queremos indicar una serie de consejos sobre qué hacer en caso de que suceda alguna situación agresiva con una persona con demencia.
Lo primero que se debe averiguar es la causa de la conducta agresiva, no sólo para un buen manejo de la situación sino porque puede ser síntoma de otros problemas. Aunque pueda ser difícil, la causa empieza por saber cuándo sucede ese comportamiento, ¿en un momento determinado del día? ¿con una persona en concreto? ¿en un lugar fijo? Esto nos puede ayudar a dar con la causa, entre las más comunes destacan los dolores, el cansancio, un cambio de cuidador o residencia, confusión debido a los déficits cognitivos o sensoriales, efectos secundarios de medicamentos o incomodidad física.
Si se logra reconocer la causa uno se puede adelantar a ella y evitarla, en la medida de lo posible. En ese sentido lo mejor es identificar aquello que ayude al enfermo a evitar dichos episodios y prevenirlos, si se consigue calmar mediante la música o con la televisión se pueden ir usando esos recursos hasta que se averigüe lo que provoca la calma. Una buena manera de cambiar su foco de atención es creando otra distracción, una técnica muy eficaz en personas con demencia senil.
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