Rafael Luque, presidente de la Asociación de Alzheimer San Rafael de Córdoba, comentaba respecto de la situación que se está viviendo en la residencia y los servicios que están dando a sus usuarios.
“Los talleres terapéuticos, a través de psicología y terapia ocupacionales, están siendo muy importantes. Para las familias ha supuesto un cambio radical esta situación y estamos en contacto diario con todas y cada una de las familias, intentando llevar estos talleres a sus casas, proporcionarles los materiales y trabajando bajo nuestra supervisión. Intentamos prestarles la atención oportuna y tenemos que reinventarnos, y hay que trasladar lo que ellos hacían en el centro a sus casas”.
En cuanto a la situación laboral de la asociación, Rafael comentaba que “no podemos asumir el pago de nóminas y por eso hemos tenido que hacer un ERTE, porque era la mejor solución. pero de esta forma aseguramos el empleo durante seis meses. Es la mejor manera para intentar también proteger al trabajador”.
En cuanto a las medidas y protocolos seguidos en la residencia, señalaba que “ahora mismo tenemos 23 usuarios en la residencia y tenemos protocolos muy estrictos y aquello es prácticamente un bunker para preservar que el COVID-19 entre allí. Tenemos 16 gerocultores, 3 personas de enfermería aparte del servicio de fisioterapia y demás servicios, y es muy importante que estos trabajadores no solo estén bien físicamente, sino que además psicológicamente se encuentren bien, porque el estrés de los trabajadores es muy alto”.
En cuanto a las medidas de seguridad e higiénicas, Rafael comentaba que “ahora mismo en la residencia hay 23 personas, y hay que tener en cuenta las medidas impuestas por la Consejería de Salud, que son muy estrictas. Diariamente comunicamos a la enfermera de enlace a las 8 de la mañana el estado de salud de cada uno de los residentes y de cada uno de los trabajadores, Antes de entrar hay que contestar a un cuestionario por si ha habido alguna sintomatología y se le toma la temperatura antes de poder incorporarse al trabajo. Se le traslada toda la información a la enfermera de enlace y ella lo pasa al departamento de epidemiología. Y luego los protocolos de seguridad, porque la ropa se lava a determinada temperatura, todo el equipo de mascarillas, pantallas, guantes, gel desinfectante, todo conforme a la normativa vigente. Incluso hemos habilitado una sala por si hace falta aislamiento de alguno de los residentes. Hacemos un seguimiento muy exhaustivo porque queremos preservar a estos mayores a los que está atacando muchísimo la enfermedad, y nuestra labor es cuidarlos con todo el esfuerzo posible”.
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