“Es hora de derrumbar el mito de que los plaguicidas son necesarios para alimentar al mundo”, señala un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que vincula el uso de estos productos en la agricultura con enfermedades como el cáncer, el alzhéimer, el párkinson y otras.
Los pesticidas son los responsables de la muerte por intoxicación de cerca de 200.000 personas cada año, de las cuales el 99% se produce en países en vías de desarrollo, donde la salud, la seguridad y las regulaciones ambientales son débiles y con leyes poco aplicadas, señala la ONU.
“Sí, estamos trabajando con productos que causan daño, eso es algo que no se puede negar”, afirma Jimena Ugrinovic, presidenta de la Asociación Boliviana de Proveedo-res de Insumos, Bienes y Servicios Agrícolas y Pecuarios (Aprisa) y añade que si bien la empresas cumplen los protocolos de registro, hace falta capacitar a las personas que
usan los productos en el campo.
Responsabilidad compartida
“Las empresas estamos cumpliendo, pasamos los procesos y tenemos a la autoridad fiscalizándonos permanentemente. Pero, en campo, nadie controla y lo dejan a conciencia del usuario”, señala Ugrinovic.
Sin embargo, Eduardo Arancibia, encargado de Registro de Insumos Agrícolas del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), asegura que sí se realizan inspecciones periódicas en propiedades agrícolas para verificar, en otras prácticas, el uso correcto de los plaguicidas y añade que también es responsabilidad de las importadoras “recomendar las dosis y usos aprobados”.
No están mitigando el hambre
La industria de los pesticidas afirma que estos son vita-
les para asegurar el suministro de alimentos para una población mundial que será de 9.000 millones de personas en 2050.
Sin embargo, la ONU cree que se trata de un mito. "El uso de más plaguicidas no tiene nada que ver con deshacerse del hambre. La producción está aumentando, pero el problema es la pobreza, la desigualdad y la distribución”, manifestó Hilal Elver, relatora de la organización, citada por el periódico El Espectador.
Los plaguicidas alteran el equilibrio ecológico entre depredadores y presas y disminuyen la biodiversidad de los suelos, lo que reduce la calidad de los cultivos y ocasiona un problema de seguridad alimentaria, contamina el aire, los alimentos y el agua para consumo humano.
Según el informe de la ONU, que critica duramente a las grandes corporaciones que fabrican los pesticidas, la industria transfiere la culpa a los agricultores por los impactos evitables. "La responsabilidad de proteger a los usuarios y otras personas durante todo el ciclo de vida de los plaguicidas, y en toda la cadena minorista, recae en el fabricante", señala el documento.
Finalmente, el informe concluye que el “modelo agrícola dominante actual es altamente problemático, no solo por los daños causados por el uso de plaguicidas, sino también por sus efectos sobre el cambio climático, la biodiversidad y la incapacidad de garantizar la soberanía alimentaria”.
Buenas prácticas
Arancibia señala que existen al menos 10 plaguicidas prohibidos en el país “por el riesgo y daño que puede provocar su uso”.
Para los autorizados, el encargado del Senasag recomienda revisar el programa de Buenas Prácticas Agrícolas que detalla el uso correcto de plaguicidas, el sistema de aplicación aprobado por el Senasag y lo mencionado en la etiqueta autorizada
Remojar y limpiar las frutas y verduras reduce la toxicidad
Las frutillas, cerezas y moras son los alimentos más contaminados por plaguicidas, señala la nutricionista Marcia Llobet y añade otros productos a la lista alimenticia: tomates, durazno, manzana, peras, papas, espinacas, lechugas, uvas y apio.
La especialista señala que, en promedio, estos productos tienen 36 pesticidas y que la mayoría de ellos no se pierde ni siquiera sacando la cáscara del alimento.
Lo único que los consumidores pueden hacer para protegerse de los químicos es elegir productos orgánicos, en cuyo cultivo se evita la utilización de elementos dañinos para la salud o lavarlos bien antes de consumirlos.
“Hay que dejar la comida en remojo con vinagre de manzana, con bicarbonato de sodio o con vinagre blanco y limón”, y añade que algunos alimentos se pueden limpiar con la ayuda de un cepillo. Llobet aclara que, si bien no se pueden eliminar por completo los pesticidas, disminuye su toxicidad.
“Es aconsejable realizar este procedimiento antes de comer ya que, si lo hace antes y se guardan los alimentos, se pueden descomponer con más facilidad por la humedad, asegura.
Fuente: eldeber.com.bo