Carmen Román, alma mater de la asociación local de familiares y pacientes durante 15 años, pasa el testigo de la presidencia
Relevo generacional. Carmen Román fue uno de los ocho ilicitanos que, unidos por la enfermedad del alzhéimer que padecían sus familiares -en su caso, su madre estuvo enferma durante 19 años-, decidieron montar en Elche, en el año 2000, una asociación que velara por los intereses de los afectados y sus familias. «Hablé en una de las primeras reuniones que tuvimos, me eligieron para que fuese la presidenta, acepté para un año y he estado en el cargo quince», recuerda de esos comienzos la mujer que ha sido el alma mater de la agrupación ilicitana y que acaba de pasar el testigo a María Luisa Moreno.
Aunque desde hace algún tiempo le rondaba la idea de dejar la presidencia, circunstancias familiares y un cierto cansancio de la responsabilidad que acarrea el puesto le llevaron a dar el paso y a quedarse en la retaguardia, ya que no se desvinculará del todo de la asociación, al ocupar una de las vocalías, a petición de sus colaboradores.
Nuevo proyecto para abrir los fines de semana
Las reivindicaciones que ha abanderado durante tres lustros para que los afectados por esta patología pudieran disponer de programas que les ayudaran a ralentizar la evolución del alzhéimer y los familiares, de un soporte para cuidar a sus enfermos, cristalizaron en la puesta en marcha de uno de los proyectos más importantes para la agrupación, un centro de atención al colectivo, situado en la Portalada, que la propia asociación gestiona y funciona desde enero del 2013.
El centro, que ha ampliado horario, acoge a 80 afectados y asiste a otros 20 en casa
Por el camino quedaron muchos desvelos, reivindicaciones no logradas por las que lucharon como la aplicación de la Ley de la Dependencia y apuros económicos por la falta de financiación en tiempos de crisis. Pese a ello, la expresidenta asegura haber tenido «todo el respaldo» de los distintos equipos de gobierno que han pasado por el Ayuntamiento -y espera lo mismo del próximo que salga de las elecciones del día 24-, así como de las empresas a las que han pedido ayuda en más de una ocasión y achaca el éxito de su gestión a llevar la asociación y el centro «como si fuera una empresa, ajustando al máximo los presupuestos y teniendo como prioridad pagar los sueldos, una cuestión a la que nunca hemos faltado».
Un sueño hecho realidad
«Ni en mis mejores sueños pensé que podríamos tener estas instalaciones», afirma Román, quien asegura tener un cariño especial al centro «porque siento que es parte de mi vida». La necesidad de contar con unas dependencias de este tipo en la ciudad ha quedado patente en estos años, en los que ha tenido que aumentar plantilla y ampliar horarios, un crecimiento empujado por el interés de ofrecer una atención de calidad y responder a las peticiones de las familias, que pagan una cuota por los servicios.
Una de las consecuencias que ha llevado aparejado el rápido despegue de las instalaciones es la designación de la figura de una directora para coordinar todo el trabajo, un cargo que ocupa Celia Lastra, quien alaba la gestión realizada estos años por Carmen Román y las juntas directivas que han llevado las riendas de la atención a los afectados y sus familias.
La responsable indica que el centro atiende a 80 usuarios que realizan talleres y actividades en horario de nueve de la mañana a siete de la tarde, organizados en grupos según el estadío de la enfermedad. Cada uno de ellos acude en el tramo horario elegido por las familias. A este colectivo, se suman otros veinte, a los que personal externo da servicio en sus domicilios por estar inmovilizados, en cama. El hecho de haber aumentado el número de plazas ha hecho que prácticamente no haya lista de espera, asegura Lastra.
El centro cuenta en la actualidad con 14 trabajadores, tras la última ampliación, entre psicólogos, trabajadores sociales, auxiliares de enfermería, fisioterapeutas, técnicos en animación sociocultural (Tasoc) y personal de dirección.
La oferta de actividades y programas, tanto para los enfermos como para sus familias, es completa, tal y como afirman las dos representantes del centro, quienes indican que en los últimos meses se han incorporado varios servicios nuevos como el de comedor. En este caso, se ofrecen menús personalizados para que cada usuario pueda alimentarse según las indicaciones médicas que hayan recibido.
Fuente: lasprovincias.es