Numerosas evidencias sugieren que las personas que son activas social, intelectual y físicamente podrían prevenir la enfermedad de Alzheimer (EA), pero un nuevo estudio ha mostrado resultados de que en la mayoría de las personas no se ralentizan los cambios cerebrales subyacentes vinculados con la EA.
La investigación se centró en 393 personas mayores de 70 años. Aunque ninguno de los participantes tenía demencia, 53 habían experimentado deterioro cognitivo leve. Se dividió a los participantes en dos grupos, según tuvieran más o menos de 14 años de escolarización. Cada participante se sometió a escáneres cerebrales para evaluar las señales de EA y también se les preguntó sobre sus niveles de actividad mental y física.
En general, la actividad mental y física y la educación en la mediana edad parecían tener entre poco y ningún efecto sobre los niveles de acumulación de placas de proteína amiloide en el cerebro. También parecieron tener un impacto reducido en el volumen del cerebro o el metabolismo de la glucosa. Pero los hallazgos fueron distintos en una minoría de participantes, aquellos con el gen APOE4, vinculado con la EA. En ese subgrupo, quienes tenían unos niveles educativos altos y habían seguido aprendiendo durante su vida mostraban menos placa amiloidea, en comparación con las que tenían unos niveles educativos altos que no siguieron esforzando la mente.
Fuente: neurologia.com