El psiquiatra y actualmente profesor en la Universidad de Nueva York Luis Rojas Marcos ha reconocido que poner palabras a lo que se siente, a los sentimientos de vulnerabilidad, ayuda a vivir más.
"La mujer española y aragonesa vive más porque habla más" ha resaltado Rojas Marcos durante una rueda de prensa en Zaragoza antes de pronunciar la conferencia "Y tú ¿te atreves a vivir plenamente? organizada por la Asociación Aragonesa Pro Salud Mental (ASAPME), con la colaboración de la Obra Social de Ibercaja dentro de los actos conmemorativos del Día Mundial de la Salud Mental.
El que fuera director de los Servicios Psiquiátricos de la red de hospitales públicos de Nueva York ha destacado que para resolver un asunto "tan doloroso, para quien lo sufre directa o indirectamente" no se puede trabajar solo sino que el desafío de la salud mental es "labor de todos, del enfermo, de los familiares, de la sociedad y de las instituciones".
Y ha hecho especial hincapié en la necesidad de luchar contra la discriminación de las personas con trastornos de salud mental como "la mejor manera de mejorar la situación de estas personas".
Y es que, ha lamentado, el 90 % de las películas sobre esta materia representan a los enfermos mentales como un individuo violento, antisocial, irracional, a quien hay que temer, "lo opuesto a la solidaridad, comprensión y empatía, fundamental en cualquier problema de salud mental".
Además de estas cuestiones, el objetivo de la presencia de Rojas Marcos en Zaragoza ha sido la de analizar cuales son las fuerzas que ayudan a la persona a sentirse mejor, la satisfacción con la vida, algo que le ha interesado mucho a lo largo de su carrera.
Rojas Marcos cree que una manera de lograrlo es que la persona haga una lista con las parcelas de la vida que le proporcionan más satisfacción y felicidad y otra en la que anote los esfuerzos que tenemos que hacer para incrementar estas parcelas.
Para unas personas puede ser todo aquello que le permite establecer conexiones con los demás, para otros el ejercicio físico, algo que considera "un buen preventivo de la depresión" y que él mismo empezó a practicar a partir de los 40 años cuando le dijeron que ya no había quien le aguantara.
"Pero para eso hay que estar motivado, hay que tener ilusión y motivar la esperanza", pero la depresión "roba la esperanza" y por eso ha resaltado la importancia de hablar y si no se tiene con quien "con el perro, con el gato o con las plantas" porque hablar es un "beneficio terapéutico" y si además "quien escucha es solidario, es fundamental para superar las enfermedades".
El psiquiatra ha avanzado que casi una tercera parte de la sociedad sufrirá una enfermedad o trastorno mental, pero es porque "ahora vivimos más" y así el Alzheimer es "consecuencia de que se ha prolongado la vida", pero también porque hoy se tiene más tiempo mientras que en su época no había adolescencia.
No obstante, reconoce que aspectos como el trastorno por déficit de atención, que él mismo sufría, la depresión infantil o la anorexia siempre han existido, "no había diagnóstico pero sí que había".
Así, ha dicho que hace cuarenta años la anorexia era "un síntoma de santidad" y hoy "es un problema, es la glorificación de la juventud y del autocontrol" y el hiperactivo del pasado era un niño que, por ejemplo, "en el campo cogía más aceitunas que otro".
"Al vivir más, tener más tiempo y más exigencias es posible que haya más trastornos", ha sentenciado.
Por eso, se ha mostrado partidario de que en las escuelas se impartan asignaturas que ayuden a los jóvenes a saber cuáles son los pilares de la capacidad para superar adversidades, lo que se conoce como resiliencia, o hablar de cuestiones como el acoso para afrontarlo.
Fuente: abc.es