-
El único centro de Alzheimer de la ciudad alienta a los familiares a pedir ayuda ante los primeros síntomas
-
11 de sus plazas concertadas están sin cubrir por abandono o demoras en los trámites
Primero 'desaparecieron' las llaves, la cartera y una bolsa de la compra. Semanas más tarde se esfumó teléfono de su hermana Carmen, la receta de las papas con chocos y la marca de esas tortas que tanto le gustaban. Hacía ya mucho tiempo que no leía y sólo recordaba viejas anécdotas y canciones. Pocos meses después empezó a tomar tres veces -o ninguna- las medicinas prescritas. Hasta que le preguntó a su hija por la muchacha tan agradable que la cuidaba por las mañanas: "Soy yo, mamá, tu hija María". El Alzheimer ya había emprendido un galope imparable y de ahí en adelante sólo cabía ir empeorando. Porque no hay cura para esta enfermedad cada vez más extendida que va minando la memoria y hasta la propia identidad, a veces a lo largo de décadas de sufrimiento. Recientemente se ha convertido en la décima causa de muerte en este lado bueno del mundo. Muchos familiares olvidan que sus mayores están olvidando.
Porque lo único que puede ralentizar, que no detener, el avance implacable del Alzheimer es la estimulación física y psíquica diaria lo antes posible por parte de personal especializado como el que trabaja en la Unidad de Estancia Diurna de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer 'Alzhe' Cádiz, el único de toda la ciudad dedicado a la atención de enfermos con este tipo de demencia y otras. Sin embargo, once de las treinta plazas concertadas con la Junta de Andalucía permanecen vacantes a día de hoy. La razón: la tardanza de los familiares en iniciar los trámites para que les sean asignadas, el abandono de los mismos si arrancaron y la lentitud del papeleo, pese a los esfuerzos de la administración por agilizarlo. Maika Marín, presidenta de la asociación, nos lo explica:
"La estimulación es lo único que se conoce para frenar la velocidad del avance del Alzheimer y nunca es demasiado pronto. Aquí el problema es que cuando tenemos todos los trámites ya cumplimentados, la persona llega con un nivel muy avanzado y hacer algo con ellos es mucho más complicado", lamenta. "Entre que los familiares no acaban de decidirse a hacer el papeleo correspondiente -importantísimo, pero muy lento- y que esta enfermedad es tan puñetera y afecta tanto a toda la familia, los procesos se quedan a la mitad y eso hace que tengamos un montón de plazas libres", insiste Maika.
Actualmente, el centro de 'Alzhe' Cádiz situado en la Plaza de Madrid s/n, bajo el parque de la antigua Telegrafía sin Hilos, en la esquina del Estadio, dispone de 60 plazas. "La Junta, en época de crisis, bajó la concertación y decidió que en ningún centro iba a concertarse más del 70%. Nosotros estamos por debajo ahora. Intentan ayudarnos, pero hay quienes no acaban de avanzar en el proceso de dependencia. Y eso que en Andalucía, el sistema funciona mucho mejor que en otras comunidades, pero aún así es lento", explica la presidenta de la asociación.
"Siempre les digo a mis amigos que cuando sus padres tengan cierta edad inicien el proceso de dependencia, porque sólo hay que actualizarlo. Si no, luego ya es tarde", recomienda Maika.
Estas circunstancias han colocado al centro en una situación económica muy crítica: desde hace dos años están terminando el ejercicio con resultados negativos. "Y eso que aquí nuestra principal preocupación es el capítulo de personal, porque nadie tiene otro interés que mantener la calidad de los servicios que estamos dando", aclara la presidenta. En el centro trabaja una veintena de profesionales.
