Según una investigación realizada por el Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia), tener sobrepeso en la mediana edad, aun sin llegar a ser obeso, puede aumentar en un 71 % el riesgo de padecer algún tipo de demencia. El estudio está publicado en la edición digital de la revista Archives of Neurology y revela datos interesantes que muestran un vínculo entre estas patologías. Si tenemos en cuenta que una de cada veinte personas de más de 65 años tiene demencia, es importante reorientar la vida y actividad hacia un estilo saludable que reduzca el riesgo de desarrollar enfermedades mentales asociadas a la edad avanzada.
El estudio, que se llevó a cabo con 8 534 gemelos suecos, registró que las personas mayores de treinta años con un índice de masa corporal (IMC) mayor de 30 (es decir, que las clasifica como obesas), tienen un 288 % más de probabilidades de desarrollar alguna demencia que las que presentan un IMC de 20-25. Por otra parte, las personas con sobrepeso, es decir las que presentan un 25-30 de IMC, tienen 71 % más posibilidad de sufrir demencia en el futuro. En una entrevista a la BBC, la doctora Weili Xu, del Instituto Karolinka y directora del estudio, declaró que «encontramos en este estudio que tener sobrepeso también es un riesgo de demencia más tarde en la vida» y añadió «el riesgo no es tan sustancial como para los obesos, pero tiene importancia en la salud pública debido al gran número de personas en todo el mundo que tienen sobrepeso». Por su parte, la doctora Susanne Sorensen, jefa de investigación Alzheimer’s Society del Reino Unido, confirma que «este sólido estudio apoya la creciente evidencia de que el exceso de peso corporal en la mediana edad podría incrementar nuestro riesgo de desarrollar demencia».