El mal de Alzheimer, considerada la enfermedad más devastadora, es irreversible y en la última década se ha duplicado el número de fallecidos por su causa. Lo más importante en el tratamiento de un paciente de Alzheimer es no enfrentarle con su enfermedad. La psicóloga Mónica Pérez, coordinadora de asociación de Familiares de Alzheimer de Cantabria explica que, “es muy duro para el enfermo detectar que algo le está ocurriendo; todavía no sabe que es Alzheimer, pero algo está fallando y lo nota. Por eso es clave no enfrentarle con su enfermedad ya que conseguiremos que se aísle más todavía de lo que la propia enfermedad conlleva”.
Es muy importante -añade la psicóloga-, entender muy bien la enfermedad y no pensar que el enfermo quiere molestar: “Si el enfermo pregunta algo por tercera vez siempre debemos responder como si se tratara de la primera vez, demostrando paciencia. Es vital en su tratamiento reforzar su autoestima”. También es fundamental fomentar la autonomía del enfermo. De esta forma, explica la coordinadora de A.F.A.C, “aunque el cuidador tarde cinco minutos en vestirle y el enfermo tarde media hora debe hacerlo el enfermo para ejercitarse y desarrollar su autonomía”.
Es un mal degenerativo que produce la muerte de neuronas del cerebro que se utilizan para pensar, plantear y recordar. Los primeros síntomas son la pérdida de memoria que se refleja en dificultades en el lenguaje. “ El enfermo empieza a decir ‘cosa’ o ‘chisme’ en lugar del nombre concreto del objeto que lo ha olvidado”, explica la psicóloga. Otro síntoma es cuando alguien que lleva haciendo algo toda la vida deja de saber hacerlo: “Una madre de familiar que lleva toda la vida haciendo paella y, de repente, de un día para otro, deja de saber cómo se prepara”.
Fuente: eldiariomontanes.es