Lo lógico sería que las personas mayores, y más los que tienen alguna enfermedad, recibieran todo el cariño que dieron a sus hijos cuando eran seres indefensos.
Pero la realidad demuestra que no es del todo así y con eso tiene que lidiar, día a día, Eva Quintanilla, presidenta de la Asociación de Enfermos deAlzheimer y otras demencias (AFALA) y las personas que trabajan allí. A ella le afectó de cerca la enfermedad al darse cuenta de que su madre la padecía, y eso le dio pie a crear la asociación junto con otras cuatro chicas que sufrían el mismo problema con sus familiares.
–¿Qué le lleva a una mujer a hacerse presidenta de una asociación?
–Tener un familiar afectado es lo que hace plantearte ayudar. Normalmente, esta enfermedad la padecen las personas mayores y, por eso, son sus hijos quienes se hacen cargo de ellos. Y ese fue mi caso.
–¿Qué dificultades se encuentra como presidenta de la organización en su día a día en el centro?
–Desde mi punto de vista y de manera personal, la dificultad viene porque los familiares de las personas que padecen Alzhéimer no nos solemos implicar como deberíamos con nuestros mayores. A nivel profesional, como presidenta de la asociación, tengo que hacer frente, junto con las trabajadoras del centro de respiro, a mantener a los enfermos que se encuentran aquí, dar publicidad y hacer ver a la gente que cuanto antes traigan a su familiar enfermo, será mejor para él porque con una terapia puesta a tiempo se puede ralentizar el deterioro que sufren.
–Desde su punto de vista, ¿qué es necesario para que asociaciones como AFALA salgan adelante?
–Aparte del dinero, el buen hacer de los socios. En nuestro caso, sí tenemos socios que aportan su grano de arena con doce euros al año, es decir, que se involucran económicamente, pero para dar la atención con calidad que requieren estos enfermos necesitamos ayuda personal para que nos ayuden con las iniciativas que llevamos a cabo para recaudar dinero.
Yo lo paso muy mal cuando tengo que salir a la calle a vender papeletas de Navidad o para el festival del domingo, pero es lo que tenemos que hacer para sacar a flote el centro.
–Solidaridad, preocupación por los demás... ¿Cree que eso existe hoy en día en la sociedad?
–Sinceramente, yo creo que nada o muy poco, por regla general. Yo también me meto en esa afirmación porque hasta que no me afectó a mí no me preocupé por ello.
–¿La gente es solidaria con estas causas o sólo cuando, por desgracia, les toca de cerca?
–Tal cual has formulado la pregunta.Sólo cuando nos toca de cerca nos interesamos e intentamos poner remedio. Se cuentan con los dedos de unamano las personas que ayudan desinteresadamente.
–¿En qué situación se encuentra AFALA?
–Mala, a punto de cerrar como sigamos así, porque no hay dinero.
–¿Cuáles serían sus argumentos para concienciar a la sociedad de lo importante que es su ayuda?
–Es muy difícil, pero quizá, la más importante sea que, el alzhéimer es una enfermedad que puede padecer cualquier familiar y que, tarde o temprano, puede afectar a toda persona independientemente de la clase social a la que pertenezca e incluso de su edad.
Fuente: spypress.com