Cesta de la compra

{{#if has_items}}
{{#each line_items}}
{{ full_title }}
{{ quantity }}
{{{ subtotal_human }}}
{{/each}}
Subtotal {{{ subtotal_human }}}
{{#if coupon_name}}
Cupón de descuento {{ coupon_name }} - {{{ coupon_discount_human }}} x
{{/if}} {{#if donation}}
Donación {{{ donation_human }}}
{{/if}}
{{#if shipping_handling_left_for_free}}
(Te quedan {{{ shipping_handling_left_for_free }}} para que el envío sea gratis)
{{/if}}
{{#if tx_okstock}} Envíos en 72h. {{/if}} {{#if delivery_date}} El pedido te llegará el {{ delivery_date_human }} {{/if}}
Total {{{ total_ceafa }}}
{{else}}
Actualmente no tienes nada en la cesta de la compra. Ir a la tienda.
{{/if}}

«Tengo algo que contarte»

El Programa Intergeneracional de Alzhéimer apuesta por el intercambio de experiencias entre diferentes edades

Con pequeños fragmentos de una historia de la niñez rescatada de la memoria, contada en presente y plasmada en una pequeña hoja de papel arranca una de las actividades más populares que forman parte del Programa Intergeneracional que, desde el año 2012, lleva a cabo el centro de Alzhéimer de León. Bajo el título «Tengo algo que contarte» mayores y niños intercambian experiencias y opiniones, comparten un rato de juegos y aprenden juntos. La responsable de este programa, Nieves Marcos, subraya que de esta iniciativa -como del resto de las que se impulsan desde el departamento- se extrae una experiencia «muy positiva y beneficiosa» para ambos grupos de edad, por lo que el objetivo es seguir trabajando en esta línea e incluso ampliar su alcance.

En la primera fase de «Tengo algo que contarte», varios familiares de los usuarios del centro, un voluntario y participantes de la Unidad de Memoria escriben una carta en la que recogen un episodio de su infancia, y que detallan como si hubiera ocurrido de forma reciente.

Este escrito se envía a los niños de tercer curso de Primaria de los colegios que colaboran con el centro, que responden invitándoles a hacer una visita. La primera sorpresa, apunta Marcos, se produce cuando los pequeños, «que esperan la llegada de amigos de su misma edad, ven llegar a un grupo de señores mayores» y, la segunda, cuando descubren que pueden pasar un buen rato juntos, aprender y divertirse.

Refuerzo de autoestima

Para los familiares y los usuarios de la Unidad de Memoria supone una vía de escape ante «la realidad tan cruda que, en la mayor parte de las ocasiones, están viviendo», así como un refuerzo en su autoestima. Por su parte, los pequeños aprenden a valorar a los mayores, conocen la enfermedad y sus efectos y también cómo comportarse ante determinadas situaciones. «Todos salen ganando», destaca Marcos.

Con el fin de afianzar esta relación entre pequeños y mayores, un año más tarde son los estudiantes los que visitan el centro de Alzhéimer.

Aurelio Simón, de 69 años, usuario de la Unidad de Memoria y participante en esta actividad destaca que hace años estaba mal y anímicamente hundido y, ahora, gracias a estas iniciativas está distraído, se obliga a salir de casa y a relacionarse más con la gente. Acude casi a diario al centro y participa en un buen número de las actividades que ofertan, siendo sus favoritas en las que colaboran los niños. «Me gusta estar con ellos porque se divierten y a ti te hacen pasar un buen rato», subraya.

Una opinión similar es la del voluntario que colabora con este programa, Carlos Díez, quien destaca que resulta «muy gratificante» ver los resultados de ese ratito de tiempo que comparten pequeños y mayores, a los que incluso les cambia «la expresión de la cara» cuando están juntos.

José Antonio Fuentes, padre de uno de los niños y profesor de uno de los grupos de alumnos con los que se colabora, incide también en los beneficios de esta iniciativa apuntando que, como progenitor le parece «una actividad genial, con un trasfondo solidario y que ayuda a que los niños puedan entender que hay personas que tienen dificultades», mientras que como docente considera que supone un refuerzo a «un aspecto más de la enseñanza y de la educación de los niños. No todo son matemáticas y verbos, y también hay que instruirles en otras cuestiones importantes para la vida». Desde Alzhéimer León añaden que «la química que surge entre dos grupos tan lejanos en edad y tan cercanos en sentimientos» es evidente y, en la despedida «todo son besos, abrazos y propuestas para continuar la amistad y no perder el contacto».

Otras actividades

«Tengo algo que contarte» es una actividad importante dentro del Programa Intergeneracional, pero no la única. Ofrecen también una ludoteca infantil abierta todo el año en distintos horarios; impulsan visitas y juegos entre mayores y niños (talleres de origami, juegos populares, cuentos, canciones, actividades de estimulación sensorial en la naturaleza, etc.); además de existir la posibilidad de participar en los grupos de teatro o en el coro intergeneracionales, entre otros.

Por otra parte, un grupo de alumnos de Bachillerato Internacional del IES Lancia colabora con la Unidad de Memoria interactuando con los usuarios en sus clases, una vez por semana; y con la ayuda de la asociación de hosteleros León Innova y de la Universidad de León también se ha puesto en marcha el proyecto «¡Actívate! Cocinando».

En total, más de 900 jóvenes y niños leoneses participan cada año en las iniciativas puestas en marcha desde el programa Intergeneracional de esta entidad.

Fuente: abc.es

Con la colaboración de