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Tumbet 'proustiano' contra el olvido

Bicicleta, cuchara, manzana. Tres sencillas palabras que, de repente, Pasqual Maragall no conseguía recordar. El expresidente de la Generalitat se convertía en una víctima más del Alzheimer. Un personaje, quizá el más conocido, de una larga lista de caras anónimas afectadas. Desde entonces, su nombre pasó a bautizar una fundación dedicada al estudio de la enfermedad. La entidad se ha unido ahora a la editorial mallorquina Órbita para concebir Recetas para no olvidar. Un volumen con 37 platos de la gastronomía balear recomendados y diseñados por personalidades de las Islas. Desde el alcalde de Palma, Mateu Isern, hasta el líder del grupo L.A., Luis A. Segura pasando por toda una colección de humoristas, actores, cantantes y políticos.

«¿Quién no ha viajado en el tiempo y en el espacio empujado por el recuerdo de un sabor exótico o de una receta tradicional? Hay aromas y sabores tan estimulantes que son auténticas cañas de pescar recuerdos», escribe Diana Garrigosa, esposa de Maragall y vicepresidenta de la Fundación que lleva el nombre del expresidente. Su mensaje encajó, hace un par de meses, con el proyecto que la editorial Órbita tenía en mente. Un recetario balear pensado para atacar el olvido. Para evocar, cual magdalena proustiana, las memorias que se desvanecieron en algún agujero oscuro. Absorbidas por ese ser extraño llamado Alzheimer.

«Es un libro modesto, pero lo que teníamos claro es que queríamos que fuera un libro de personas para personas. Un volumen de gastronomía plagado de anécdotas, de vivencias familiares», explicaba ayer uno de los responsables de la editorial, Javier Matesanz. Un total de 37 personalidades de las Islas acudieron rápido a su llamada. «Siempre que se pueda ayudar hay que hacerlo, y más en un momento tan difícil como éste», aseguraba ayer Madó Pereta entre una larga petición de autógrafos.

Su memoria tiene el sabor de un guisado de albóndigas. «Ése que mi bisabuela le enseñó a mi abuela y ésta, a mi madre», rememora. Con la receta, el truco familiar ha sobrevivido, también, a las generaciones: añadir un picadillo de almendra mallorquina en el sofrito. Para Rafa Nadal las victorias tienen el dulce sabor de una coca de albaricoque. La misma con la que su tía les sorprendía después de los entrenos. Para el cineasta Daniel Monzón no hay mejor embajadora balear que la ensaimada.

Recetas para no olvidar

Con la colaboración de