El objetivo es que los 20.000 guipuzcoanos que se verán afectados por la enfermedad en 2040 se reduzcan a la mitad
Los expertos auguran que en el año 2040 la cifra actual de 8.000 guipuzcoanos que sufren alzheimer podría aumentar hasta los 20.000 afectados. Sin embargo, si se consiguiera retrasar la aparición de los primeros síntomas de la enfermedad cinco años, se lograría evitar que la mitad de esos 20.000 guipuzcoanos sufriera la enfermedad. La razón es obvia. De media, los síntomas suelen aparecer entre los 65 y 70 años, por lo tanto, la mortalidad evitaría el desarrollo de la patología y su consecuencia más grave: la pérdida de calidad de vida del paciente en sus últimos años.
En esta ardua tarea de adelantarse a la aparición del alzheimer se ha embarcado el equipo de la Fundación CITA.alzheimer. Lo han hecho incluso antes de fijar su sede en el Centro de Investigación y Terapias Avanzadas que, en unos meses, se inaugurará en el Centro Tecnológico de Miramón, en Donostia.
La ausencia de una sede física no ha impedido a estos expertos comenzar a trabajar en su proyecto de investigación, cuyo objetivo es "identificar los marcadores de la enfermedad antes de que se manifieste", explicó José Luis Martínez, secretario de la fundación donostiarra que preside Joaquín Aperribay.
Su primer evento se desarrolló ayer en el centro tecnológico, donde un simposio reunió a expertos estatales e internacionales que han investigado sobre "cómo diagnosticar la enfermedad en los primeros síntomas, antes de que aparezca la demencia y antes de que se produzca la dependencia", detalló el director de neurología de CITA.alzheimer, Pablo Martínez-Lage.
estudio piloto Las conclusiones que salgan de este simposio se aplicarán en el proyecto que, en una primera fase, se va a desarrollar en forma de estudio piloto. Según concretó Martínez-Lage, esperan conseguir 300 voluntarios sanos de entre 50 y 70 años, con antecedentes de padres enfermos o sin ellos. Analizarán "múltiples factores, desde las funciones cognitivas, pasando por parámetros que se puedan medir en sangre, hasta factores de riesgo vascular". Este primer estudio les servirá para definir el número de personas que participarán en el proyecto, entre 3.000 y 4.000, y "los marcadores diagnóstico" en los que deberán focalizar su atención. "Sabemos muy bien que el alzheimer empieza a desarrollarse en el cerebro hasta diez o quince años antes de que aparezcan los primeros fallos neurológicos", explicó el neurólogo.
Por ese motivo, el trabajo de la fundación va a tratar de "plantarle cara a ese reto de conseguir un diagnóstico lo más precoz posible", o lo que es lo mismo, "investigar cómo es el alzheimer antes de que se produzcan esos primeros síntomas para poder aplicar las estrategias de prevención que hoy ya se conocen".
Llevar una vida sana, fomentar la actividad mental y social, evitar el tabaco, controlar la hipertensión y la diabetes, en definitiva, tener hábitos de vida saludable es una actividad que "protege al cerebro".
La clave es no repetir errores del pasado. "La novedad es que después de 25 años de investigación se han podido desarrollar tratamientos dirigidos contra los mecanismos intrínsecos de la enfermedad (que se debe, fundamentalmente, al depósito de la proteína tóxica beta-amiloide en el cerebro) que han fracasado estrepitosamente", sentenció Martínez-Lage. "Y han fracasado porque se han aplicado demasiado tarde", añadió.
Para evitar que el diagnóstico, tal y como ocurre hoy día, se realice cuando la persona sufre ya un cuadro de demencia, "cuando el daño en el cerebro es lo suficientemente grave para que los tratamientos no aporten gran cosa", las únicas claves son basarse "en el diagnóstico precoz y en la prevención". "El objetivo de la fundación es impulsar la investigación para modernizar el diagnóstico y perseguir ese objetivo de retrasar los síntomas dos, tres cuatro o cinco año", apostilló el neurólogo.
Resonancias del cerebro Uno de los puntos más importantes del proyecto son las técnicas no invasivas de neuroimagen obtenidas mediante el uso de la resonancia magnética para adquirir imágenes cerebrales. "Aporta información bastante interesante, no sólo estructural del cerebro, sino también cómo está en cuanto a sus neuronas, la calidad de sus tejidos, la atrofia... Pero también podemos ver su función, el flujo sanguíneo, la conectividad neuronal, cómo una zona del cerebro habla con otra, etcétera", explicó Ernesto Sanz, el que será responsable del equipo de resonancia magnética de alto campo cuya instalación se ultima en la sede del CITA.alzheimer.
Ahora bien, para conseguir que este proyecto avance y contar con voluntarios es necesario la colaboración de todos los agentes que trabajan en este campo, como el Hospital Donostia, la Fundación Matia o la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer (Afagi).
Fuente: noticiasdegipuzkoa.com