Los sistemas sanitarios de algunos países europeos carecen de la capacidad para que un futuro tratamiento modificador de la enfermedad de Alzhéimer pase rápidamente de la aprobación al uso clínico generalizado, lo que podría dejar a un millón de personas sin acceso a esta posible nueva estrategia terapéutica, según alerta un nuevo estudio de la Corporación RAND en el que España no sale muy bien parada.
Los investigadores examinaron los sistemas sanitarios de España, Francia, Alemania, Italia, Suecia y Reino Unido, y valoraron los desafíos de infraestructuras que enfrentarían estos sistemas, a partir del 2020, si se enfrentasen a un aumento del número de pacientes que solicitaran una detección sistemática para determinar si cumplen los requisitos ante un tratamiento que podría prevenir o retrasar el desarrollo del alzhéimer.
En ese contexto, sitúan plazos por países y España queda en la cola. El primer año sin tiempos de espera sería en el 2030 en Alemania en el 2033 en Francia; el 2036 en Suecia; 2040 en Italia, 2042 en el Reino Unido y en el 2044 en España. En Alemania y Suecia, la principal limitación de infraestructura sería la capacidad de los hospitales de día para administrar el tratamiento en infusión.
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