A los enzimas antioxidantes les compete la misión de mantener las especies reactivas de oxígeno en niveles aceptables, a los efectos de proteger a las células contra el daño oxidativo, un proceso que puede contribuir a la inducción de patologías como el cáncer, la artritis, la aterosclerosis y las enfermedades de Parkinson y Alzheimer.
Un reciente estudio ha investigado el papel de la peroxirredoxina, el principal enzima encargado de remover el peróxido de hidrógeno del interior de las mitocondrias. Según los científicos, la peroxirredoxina es uno de los pocos casos en que la misma proteína puede hallarse al mismo tiempo en más de un lugar dentro del orgánulo: en la matriz mitocondrial y en el espacio intermembranoso.
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