Se ha presentado en Madrid el informe 'Estado del Arte [sic] de la Enfermedad de Alzheimer en España', elaborado por PWC con la colaboración de la farmacéutica Lilly, y que constituye una radiografía de esta enfermedad, incluyendo aspectos médicos, sociales, económicos y políticos.
Todos los participantes en la presentación del informe coincidieron en destacar las preocupantes perspectivas que se vislumbran respecto a esta enfermedad, debido sobre todo al aumento de la esperanza de vida: cada año, 150.000 personas se ven afectadas por el Alzheimer en nuestro país. Esta prevalencia se dobla cada 5 años a partir de los 65, y más del 30% de la población mayor de 85 años acaba padeciendo la enfermedad, de ahí que las previsiones para 2050 sean que el número de pacientes se duplique.
Tal y como explicó Javier Ellena, presidente de Lilly España, “el Alzheimer es una patología que presenta muchas más preguntas que respuestas, implica la inversión de muchos recursos y en la que limitación terapéutica es notable. En Lilly llevamos más de 25 años investigando en este terreno y hasta el momento no hemos podido poner ningún fármaco para esta patología en el mercado. Sin embargo, hay buenas perspectivas respecto a una molécula actualmente en investigación dirigida a las fases leves a moderadas de la enfermedad y, sobre todo, estamos en proceso de comercialización de técnicas de neuroimagen que harán mucho más factible la detección y diferenciación del Alzheimer dentro de los distintos tipos de demencia”.
Por su parte, el doctor Alberto Marcos Dolado, neurólogo del Hospital Clínico de Madrid, comentó las principales estrategias que se están llevando a cabo en el abordaje de la enfermedad. “Uno de los grandes avances en este tema ha sido el descubrimiento de los casos genéticamente determinados, ya que permiten conocer de qué manera da la cara la enfermedad. Asimismo, en el terreno de la detección se ha avanzado mucho en los últimos tiempos en la determinación de los nuevos biomarcadores, tanto los de depósito cerebral de amiloide como los de daño neuronal o neurodegenración, los cuales ofrecen un diagnóstico más preciso en fases mucho más precoces de la enfermedad”.
El doctor Marcos Dolado explicó que, actualmente, las intervenciones típicas del Alzheimer están enfocadas a las fases sintomáticas, pero hay muchas evidencias que demuestran su eficacia cuando se aplican estas terapias en fases previas. “El reto es empezar a emplearlas antes de forma que se ralentice la enfermedad cuando el paciente aún tiene buena calidad de vida, y es aquí donde juegan un papel importante los biomarcadores. Habría que hacer un giro a la izquierda en el diagnóstico y abordaje del Alzheimer, centrando las estrategias más en las primeras fases de la enfermedad que en los estadios de demencia”.
Durante su intervención, el presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer y otras Demencias (CEAFA), Koldo Aulestia, abordó la situación en la que se encuentran actualmente los cuidadores de estos enfermos. “Alrededor de cada paciente hay 3 o 4 personas implicadas, tanto mental como emocionalmente. Teniendo en cuenta las previsiones de aquí a 25 años, son necesarias respuestas para esta situación, al margen de la coyuntura económica, ya que no se puede mezclar la crisis con la salud. En este sentido, el informe que hoy se presenta supone una excelente herramienta de trabajo tanto para la toma de decisiones como respecto al abordaje de la enfermedad de cara al futuro”.
Aulestia insistió en la necesidad de que el Alzheimer deje de ser un tema tabú. “Sigue habiendo una falta de concienciación social que está llevando a las familias a ocultar la enfermedad, lo que hace que en muchas ocasiones, cuando ésta se diagnostica, está ya muy avanzada. Este diagnóstico tardío retrasa también la aplicación de terapias que podrían ralentizar el desarrollo de la EA”.
El presidente de CEAFA demandó la puesta en marcha de medidas como la generalización de la Tarjeta Sanitaria Específica para estos pacientes, que ya funciona en Andalucía, Canarias, Galicia y Valencia, y la implantación de una política estatal que contemple todos los aspectos relacionados con la enfermedad como, por ejemplo, la protección jurídica y económica. “Hay que tener en cuenta que el coste medio que supone para una familia tener a un enfermo de Alzheimer es de 30.000 euros”.
Fuente: jano.es