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Un queso gigante contra el alzhéimer

Una empresa de Albal se enfrentó al reto de establecer un nuevo récord Guiness

Tras su elaboración en directo, las cerca de 7.000 porciones de la pieza de casi una tonelada salieron a la venta con un fin benéfico

Albal es un municipio de récords. De un tiempo a esta parte, la feria de San Blas, que organiza el ayuntamiento, se ha convertido en el escenario de proezas con carácter benéfico, como el brazo de gitano de 20 metros, un bocadillo gigante o la réplica del circuito de Fórmula 1 de Valencia en chocolate. Ayer, el reto fue para la empresa local, Granja Rinya, con la confección en directo del queso de servilleta más grande del mundo, de casi una tonelada de peso.

La expectación fue máxima. Desde primera hora de la mañana, los 22 operarios de la empresa, con los hermanos y gerentes de la firma, Carmelo y Enrique Rodríguez, al frente, comenzaron los preparativos para su elaboración.

Primero se pasteurizaron los 8.000 litros de leche en las instalaciones de la fábrica para después, verterlos en las tres cubas preparadas ante la mirada de cientos de vecinos que esperaban impacientes.

Tras esto, se procedió al rallado para verter el cuajo sobre una servilleta gigante y trasladarlo con una grúa hasta una cuba con 1.000 kilos de hielo para terminar el proceso. Aunque hubieron algunos problemas con la red, todo salió como se esperaba y después de casi nueve horas de elaboración y otras pocas para enfriar el producto, se puso a la venta a beneficio de la confederación española de asociaciones de Familiares de Personas con Alzhéimer.

La mayor dificultad, como explicaba Enrique, «ha sido el cambio de temperatura que ha hecho bajar el nivel de leche y ha costado más de cuajar». No obstante, este factor no influyó para que los vecinos colaboraran en la causa comprando las porciones, aunque se tendrá que esperar para ver si se valida y queda registrado en libro de los Guiness.

Esta es la tercera vez que la firma, reconocida por su queso de servilleta, se enfrenta a este reto. Ya lo hizo en 2005 y lo intentó superar en 2010, cuyos beneficios se destinaron a la lucha contra el cáncer. Este año el fin solidario tiene un carácter más emotivo para los hermanos.

«Mi madre sufrió esta enfermedad y fue ella la que nos inició en el negocio, es nuestro homenaje particular y además, queremos fomentar este tipo de queso tradicional valenciano», explicó Enrique, que ya piensa en superar su propio récord dentro cinco años más, en 2020.

Fuente: lasprovincias.es

Con la colaboración de