Elia es la musa de su hijo, el artista Tony Luciani. La mujer, de 91 años y enferma de Alzhéimer, disfruta siendo la protagonista de un trabajo que va allá de lo meramente artístico.
Toni ha conseguido que su madre vuelva a montar a caballo y le ha devuelto, por unos momentos, a la juventud. Esa que recuerda casi mejor que su vida diaria.
La ha inmortalizado, nunca mejor dicho, con la sombra de su infancia y con proyecciones que la llevan al pasado. Los años pasan y el amor permanece, aunque muchas veces queramos darle la espalda a la realidad.
Toni ha sabido reflejar la importancia de cada segundo de amor por su madre. La pasión de su hijo es en realidad una terapia. El mundo sigue estando a su alcance, sigue siendo protagonista de su vida y rompiendo esquemas. Todo porque Toni decidió que estaba en sus manos recuperar.
Fuente: antena3.com