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Una esperanza para el alzheimer

Cada minuto se diagnostica en el mundo un nuevo caso de alzheimer, una enfermedad que despoja de lo que, seguramente, nos hace humanos: la capacidad intelectual. No hay cura, se desconocen la causa y el origen. Y tras décadas de investigación intentando hallar un tratamiento eficaz sin éxito, ahora la ciencia focaliza sus esfuerzos en intentar prevenirla.

LA VOLUNTARIA
Mercè Juan, cuyo padre murió de alzheimer, es una de los 2.700 voluntarios sanos que participan en un estudio del Centro de Investigación Barcelona BetaBrain de la Fundación Pasqual Maragall para analizar los procesos cerebrales.

Tras conocer la noticia, María pensó en el suicidio. Entonces tenía 49 años, un trabajo que le gustaba, una pareja, amigos, familia. Y se sentía feliz. O al menos, hasta que empezó a crecer en ella la sospecha de que algo no iba bien. Siempre había sido muy despistada y olvidadiza, pero con el paso del tiempo notaba que ese problema de memoria se iba agudizando cada vez más. Hasta que hace tres años, acudió al hospital Clínic de Barcelona.

“Tenía miedo de que pudiera ser esta enfermedad, aunque me repetía a mí misma que no podía ser, que era demasiado joven”, explica haciendo acopio de fuerzas. Tras realizarle toda clase de pruebas acabaron dándole el fatal diagnóstico: enfermedad de Alzheimer.

“Fue un mazazo emocional increíble y pensé en acabar . Lo sopesé mucho

Con la colaboración de