Fundada en 2009 por un grupo de investigadores científicos, clínicos e ingenieros con expertos en biotecnología y biomedicina Allinky Biopharma nace como una plataforma tecnológica con el objetivo de combatir diversas dolencias como el Alzeheimer, el cáncer y los procesos inflamatorios.
Para llegar a esta meta, esta pyme de base tecnológica con instalaciones repartidas entre Madrid y Barcelona centra su actividad en la creación de nuevas moléculas que puedan emplearse en el tratamiento de dichas dolencias. «Fabricamos nuevas moléculas que antes no existían», explica Miguel Vega, socio fundador de Allinky Biofarma. «Se trata de un proceso lento», reconoce.
«Pero», prosigue, «después de casi siete años de andadura, nuestras primeras moléculas ya están probándose en ensayos clínicos en humanos».
Desarrollar un nuevo medicamento es un camino extremadamente lento que, además de numerosos controles y pruebas de seguridad en animales y humanos, requiere de un profundo proceso de investigación médica, farmacéutica y biológica hasta llegar a encontrar nuevos compuestos que resulten más eficaces combatiendo las enfermedades.
Allinky ha conseguido capital gracias a fondos e instrumentos del sector público que han permitido desarrollar con éxito tres nuevas moléculas
«El descubrimiento y desarrollo de nuevos medicamentos es una actividad compleja. Se aúnan diferentes disciplinas profesionales, los plazos de desarrollo pueden durar hasta 15 años, la inversión mínima necesaria es muy alta y rara vez suele bajar de los 500 millones por medicamento y las posibilidades de que todo el proceso resulte exitoso son muy pequeñas», explica Vera. «Sin embargo, a pesar de las dificultades intrínsecas, este negocio es un sector altamente atractivo ya que la recompensa social y económico es muy alta en caso de éxito», añade.
Un camino en el que Allinky trabaja desarrollando la materia prima, sus moléculas, que permiten el desarrollo de nuevos medicamentos. «Contamos con nuevas moléculas terapéuticas innovadoras que ya se han ensayado de forma exitosa en modelos animales de enfermedades inflamatorias, Alzheimer o cáncer», afirma Vera. «Estas moléculas innovadoras son compuestos químicos, al igual que los que contienen las aspirinas y todos los medicamentos, que han sido diseñados, sintetizados e inventados y diseñados de forma completamente única en nuestra compañía», presume.
Una labor que Vera reconoce que es «completamente novedosa en nuestro país, pero en otros como EEUU, donde existe una larga tradición en ciencia y tecnología, es común encontrar un sector de capital riesgo muy profesionalizado ya encargado y acostumbrado a financiar este tipo de iniciativas».
Una financiación que Vera entiende como la clave que puede diferenciar el éxito y el fracaso de la mayoría de los proyectos. «El capital es como el oxígeno que permite hacer funcionar el motor de un coche, que permite mantener en marcha el núcleo del negocio y que permite continuar ahondando en la producción de nuevas moléculas para nuevos medicamentos», señala.
Un capital que Allinky ha conseguido gracias a fondos e instrumentos del sector público que han permitido desarrollar con éxito tres nuevas moléculas, ya probadas con éxito en animales, para el tratamiento de la enfermedad pulmonar crónica obstructiva (EPOC), Alzheimer y cánceres colonorectales y pancreáticos. Enfermedades que, según recuerda Vega, «no disponen de una cura efectiva en humanos y con las que los laboratorios farmacéuticos a los que se las vendemos se encargarán de continuar desarrollando para su empleo final en seres humanos».
Fuente: elmundo.es