El año que viene celebrarán seis décadas juntos. Teresa tiene 80 años, Manuel 83. Han preferido usar un nombre supuesto para contar su historia de cruda realidad, la de una generación que, siendo solo unos niños, tuvo que dejar la escuela y los juguetes para ponerse a trabajar. Ella se dedicó en cuerpo y alma a cuidar a los demás, tal y como fue educada, y él, a traer el sustento a casa.
A Teresa le diagnosticaron alzhéimer hace un lustro y Manuel se convirtió en su cuidador, volcado en vigilar sus despistes. La cabeza ha empezado a fallarle a él y los médicos sospechan que la causa puede ser la misma, esa enfermedad que lleva el nombre del psiquiatra alemán que la descubrió y que ha desbaratado la vida de este matrimonio gallego y de su hija.
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