Con las manos en la plastilina, más de dos centenares de alumnos de Primaria de los colegios públicos Dulcinea del Toboso, Santo Tomás de Villanueva, Alcalde José Maestro y Don Quijote se empaparon ayer de neurociencias, un conjunto de disciplinas científicas que estudian la estructura, la función, el desarrollo de la bioquímica, la farmacología y la patología del órgano encargado de hacer que todo el resto del cuerpo funcione. Así, de la mano de estudiantes de primero y segundo de la Facultad de Medicina de Ciudad Real, moldearon una neurona (y sus extensiones, llamadas dendritas) en el marco de la V Semana del Cerebro, una iniciativa global que incide en los progresos y beneficios de la investigación científica sobre el sistema nervioso.
«La información se transmite desde el cuerpo celular o soma al axón -mediante las vainas de mielina (fabricadas con macarrones)- y de ahí a las dendritas de la siguiente neurona», trasladó ayer a los pequeños científicos Miriam Herrera, una de los 80 estudiantes de primero y segundo de Medicina que se han prestado voluntarios para explicarles, entre otros aspectos, que «la conexión entre unas y otras -mediante la liberación de un neurotransmisor -se denomina sinapsis».
En otra de las salas de la facultad, Sara Cambronero, que se mostraba encantada con esta actividad, ayudó a los niños a dibujar en gorros de natación los hemisferios y lóbulos cerebrales. Así aprendieron que las distintas áreas de la corteza tienen su función. «El occipital regula la visión, mientras que el frontal se ocupa de las emociones, la memoria y el movimiento de los músculos», indicó Alicia Flores, encargada de coordinar todas las actividades. De igual modo, según expuso, el parietal recibe información sensorial y el temporal es claves para el recuerdo consciente de hechos y eventos.
Los alumnos de Primaria también conocieron el trabajo de la Facultad de Medicina de Ciudad Real a través de las distintas mesas de trabajo. En la de Bioquímica comprendieron la forma de comunicación de las neuronas, en la de Fisología el registro de su actividad eléctrica, en la de Anatomía las enfermedades neurodegenerativas de alzhéimer y párkinson y en la de Biología Celular observaron a través de un microscopio algunos cultivos. Asimismo, apreciaron la diferencias entre los cerebros humanos y los de animales como el ratón, la rata, el jabalí y el conejo.
Tras rotar por la distintas mesas, los escolares disfrutaron de una visita guiada por los distintos paneles -hasta once- realizados por los alumnos del curso de iniciación a la investigación. En este sentido, pudieron ver los resultados de algunos trabajos tan interesantes como el relativo al papel del coenzima Q en la progresión del glioblastoma multiforme, el tumor cerebral más frecuente, para tratar de frenar su capacidad invasiva y mejorar su respuesta a la radio y quimioterapia.
«para poder avanzar». La profesora de Microbiología Dolors Vidal fue la encargada de guiarles por los pósters, preguntándoles sobre su interés por la Medicina. «Hay que potenciar la investigación para poder avanzar», les transmitió invitándoles a abrirse al conocimiento y a «huir de la caja tonta». «Tenéis que tener los ojos y oídos bien abiertos», precisó Vidal. Y es que la curiosidad es clave para lograr un buen aprendizaje. No en vano, activa el sistema de recompensa del cerebro y moviliza la dopamina, un neurotransmisor que ayuda a lograr objetivos.
Fuente: latribunadeciudadreal.es