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Una tarea pendiente, por Ana PASTOR

La enfermedad de Alzheimer, coinciden todos los estudios, afecta a 25 millones de personas, a más de 600.000 en España y se estima que su incidencia podría duplicarse en dos décadas.

Es una patología neurodegenerativa que provoca deterioro cognitivo y también trastornos conductuales: pérdida de memoria progresiva, repetición de actos, perderse en su propio entorno, dificultad para recordar el nombre de objetos, cambios de la personalidad, dificultad para llevar a cabo tareas de la vida diaria…

El Ministerio de Sanidad anunció hace más de un año la creación de un plan nacional con el que mejorar el diagnostico precoz y la atención a estos pacientes con una coordinación real con las Comunidades Autónomas.

Lamentablemente, todavía no se ha concretado. La  falta de liderazgo en el Sistema Nacional de Salud ha imposibilitado la consecución de los avances demandados, con toda la razón, por los especialistas, como son los proyectos de neuroimagen anatómica y funcional, unidades clínicas de demencias o más recursos para investigación en los bancos de cerebros y en todos los centros de investigación.

Además, los pacientes necesitan recibir una asistencia socio sanitaria integral, humanizada e individualizada. Es necesaria una mayor coordinación entre la atención primaria y la asistencia hospitalaria y cómo no, hacer que la relación con los servicios sociales sea lo más estrecha posible. Es necesario, además, favorecer el diagnóstico precoz, y orientar de verdad el funcionamiento del sistema hacia los enfermos y que la Ley de Dependencia dé cobertura real a sus carencias, a pesar de la coyuntura económica.

Los afectados por la enfermedad de Alzheimer y sus familiares deben ser una prioridad real en el Sistema Nacional de Salud.

Fuente: larazon.es

Con la colaboración de