Un equipo de investigadores del Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) propone el uso de una prueba relativamente común como es la magnetoencefalografía y que puede ayudar a detectar si las pequeñas pérdidas de memoria son o no el inicio de la enfermedad de Alzheimer y de esta forma favorecer el diagnóstico precoz.
La enfermedad de Alzheimer es una batalla silenciosa que se libra en nuestro cerebro deteriorándolo progresivamente antes de dar síntomas claros. Así es cómo actúa la enfermedad de Alzhéimer, la causa más común de demencia en el mundo cuya prevalencia aumenta cada año junto con nuestra esperanza de vida.
El investigador del CTB y uno de los autores del estudio, David López explicó que “uno de los grandes problemas de la enfermedad es que su etapa preclínica puede extenderse entre 10 y 15 años, un periodo demasiado largo en el que los daños se van acumulando poco a poco en el cerebro hasta llegar a un punto irreversible a día de hoy”.
Su prolongada etapa preclínica, en la que apenas se muestran síntomas más allá de pequeñas pérdidas de memoria es uno de los grandes desafíos a los que se enfrentan los investigadores.
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