La enfermedad de Alzheimer es una patología neurodegenerativa, es decir, causada por una destrucción progresiva de las neuronas cerebrales. Una enfermedad que se corresponde con el tipo más común de demencia y para la que aún no existe ningún tratamiento capaz de curarla ni de frenar su progresión. De hecho, ni siquiera se sabe con certeza por qué se desencadena la enfermedad. Hay muchas teorías al respecto, pero ninguna concluyente. Es el caso, por ejemplo, de la hipótesis que alude a las infecciones víricas, y más concretamente por herpesvirus, como uno de los principales ‘promotores’ de la aparición del alzhéimer. Pero, ¿esto es realmente así? Pues según un estudio dirigido por investigadores del Centro Banner para la Investigación de Enfermedades Neurodegenerativas de la Universidad Estatal de Arizona en Temple (EE.UU.), sí.
Como explica Ben Readhead, director de esta investigación publicada en la revista «Neuron», “el objetivo principal de nuestro trabajo era el de descubrir los mecanismos de la enfermedad, incluidos aquellos que pudieran ser objeto de terapias farmacológicas readaptadas o en fase de investigación. Es decir, en ningún caso íbamos a la ‘caza’ de virus. Pero allí donde mirábamos, los virus nos ‘gritaban’”. Los resultados mostraron una presencia muy elevada de dos herpesvirus humanos –herpesvirus 6A (HHV-6A) y herpesvirus 7 (HHV-7)– en los cerebros de los pacientes con alzhéimer, muy superior a la observada en los cerebros de los donantes sin la enfermedad.
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