Se estima que más de 8.000 cordobeses son enfermos de alzheimer, una dolencia que en España afecta a más de tres millones de personas, entre los que la sufren en carne propia y los que la padecen como cuidadores o familiares de enfermos.
Según el doctor Ochoa Amor, jefe del servicio de Neurología del hospital Reina Sofía, todavía se sabe muy poco sobre el origen de la enfermedad, por lo que resulta complicado establecer un perfil de los pacientes. "Es una dolencia que aparece casi siempre en edades avanzadas, aunque existen pacientes que la desarrollan con poco más de cincuenta años, en menos del 10% de los casos existen antecedentes familiares y que, en cuanto a sexos, es ligeramente superior el número de mujeres que la sufren", algo que se explica por la mayor longevidad de éstas.
Un reciente estudio sobre la enfermedad realizado por Pfizer y Eisai refleja que la mayoría de los familiares tardan unos diez meses en acudir al especialista tras aparecer los síntomas, generalmente porque éstos se confunden con olvidos propios de la edad. Los signos de alarma deben activarse, según los expertos, cuando la pérdida de memoria es recurrente y, en las primeras fases, vinculada a actividades básicas y a hechos recientes. También es frecuente que se produzcan alteraciones en el estado de ánimo e irritabilidad.
Según el doctor Ochoa, la supervivencia media de los pacientes con esta demencia es de diez años, si bien la calidad de vida empeora progresivamente, al sumarse a las pérdidas de memoria otros trastornos conductuales como trastornos depresivos, de sueño, alucinaciones, etc. En este sentido, el diagnóstico precoz "permite a los pacientes planificar el futuro en la medida de lo posible, una vez conocen el desarrollo de la enfermedad". Asimismo, según la directora del centro San Rafael Alzheimer, Ana Belén Alguacil, "los talleres de estimulación cognitiva, de fisioterapia y de terapia ocupacional retrasan el avance de la enfermedad". Acualmente, Córdoba cuenta en este centro con 60 plazas de estancia diurna de lunes a viernes, 50 de las cuales son concertadas con la Junta, un número que sigue siendo insuficiente y para el que siempre hay lista de espera.
Las personas que trabajan a diario con este tipo de enfermos y sus familiares coinciden en que se trata de una patología que resulta devastadora para los cuidadores y que supone además un alto coste social. Se calcula que cada enfermo requiere unos 30.000 euros en cuidados, a razón de 2.500 euros mensuales, algo que en muchos casos aún se suple con la dedicación de los familiares más cercanos. Una tendencia que el ritmo de vida actual no permite a muchas personas y que, en cierta medida, se ha paliado con los recursos que ofrece la Ley de Dependencia. El doctor Ochoa afirma en este sentido que las ayudas de dependencia son un paso adelante, pero que "hay que hacer más". En su opinión, "necesitamos más y mejores residencias y centros de día para atender a estos enfermos y cambiar la mentalidad para que hacer uso de estos recursos no suponga un cargo de conciencia para los familiares".
Fuente: diariocordoba.com