El cerebro también envejece, y lo hace más rápido que el resto del cuerpo humano. A partir de los 30 años comienza un proceso de deterioro que va progresando hasta el final de la vida y en el que se pierden capacidades como la concentración, la memoria, la agilidad mental o el correcto y rápido procesamiento de la información. Sin embargo, conservar un cerebro ágil y paliar la pérdida de las capacidades mentales es posible y, en ocasiones, fácil. Según el estudio A Randomized controlled trial of cognitive training using a visual speed of processing intervention in middle aged and older adults, publicado por la revista PLoS ONE, la simple práctica de jugar a un videojuego no sólo puede evitar la pérdida de algunas destrezas mentales, sino que incluso puede mejorar y reforzar estas capacidades, lo que disminuye las posibilidades de sufrir patologías como el Alzheimer.
El estudio, dirigido por el profesor de Salud Pública de la Univesidad de Iowa, en Estados Unidos, Fredric Wolinsky, reunió a 681 personas sanas y mayores de 50 años y las dividió en cuatro grupos. Dentro de estos grupos también se realizó una división atendiendo a la edad (de 50 a 64 años por un lado y mayores de 65 por otro). El objeto del ensayo era el de comparar los beneficios mentales de realizar crucigramas con los que puede aportar jugar a un videojuego.
El objetivo del juego con el que se realizó la prueba, Road Tour, se centraba en identificar rápidamente un tipo de vehículo y combinar sus símbolos con el signo de la ruta correcta entre un conjunto de posibilidades. El hecho de identificar un vehículo concreto entre una variedad cada vez más rápida y numerosa aumentó la concentración y la agilidad mental de los usuarios. Además, el jugador tenía cuatro intentos y para pasar de nivel necesitaba superar al menos tres.
Los científicos concluyeron que las personas que habían jugado durante al menos 10 horas a Road Tour durante un año completo habían conseguido retrasar el deterioro del cerebro unos tres años. Además, otro grupo que le dedicó 14 horas logró retrasar el deterioro mental cuatro años.
Los participantes que jugaron al videojuego lograron puntuaciones significativamente más altas que los que realizaron crucigramas en pruebas mentales que involucraban capacidades como la función ejecutiva del cerebro, la concentración, la agilidad y la velocidad de procesamiento de la información. La mejora mental en el grupo de videojuegos varió de 1,5 a casi 7 años en comparación con el grupo que hizo crucigramas.
Aunque la prueba demostró que se puede paliar el deterioro del cerebro e incluso llegar a niveles superiores a los alcanzados antes del comienzo del deterioro, Wolinsky reconoció que “todavía no está claro qué partes del órgano son las que están experimentando mejoras funcionales”.
Fuente: dmedicina.com
