Cesta de la compra

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«Ya veremos si llega porque en estas subvenciones todo se ha paralizado mucho»

El cuidado de una persona con Alzheimer es una tarea difícil, ya que cada día el encargado de atenderla tiene que enfrentarse a los cambios en el nivel de capacidad y a las nuevas conductas del enfermo. A ello, se suma la necesidad de buscar asociaciones o técnicos que permitan ralentizar de alguna forma el desarrollo de la patología y aportar el bienestar necesario para los pacientes.

Así lo pensaron los cinco hijos de Carmen (80 años) que llevan a su madre dos horas al día a la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Burgos (Afabur) para que realice distintas actividades de estimulación, manualidades e, incluso, algo de gimnasia. En definitiva, para que «su mundo no se ciña a la burbuja de casa, ya que tiene que salir, coger un autobús que la lleva hasta el centro de Burgos y también relacionarse allí», explica José María Citores, uno de sus hijos. Asimismo, por las tardes, tres días a la semana, una técnico acude a su casa durante hora y cuarto para «continuar con los talleres y actividades». Muchas veces, simplemente, que «salga a la calle también por la tarde, aunque solo se tomen un café», señala.

Hace más de dos años que el marido, José (82 años)

Con la colaboración de